Con este post, queremos presentaros a una compañera, ella es Lara, promotora de Cruz Roja desde hace poco…
“Esta nueva entrada al blog es una experiencia personal y la voy a contar en primera persona. Es la historia de una novata en el mundo de la Donación de Sangre. Me llamo Lara, tengo 27 años y estudié Relaciones Internacionales. Como lo mío ha sido siempre la parte social, viré mi formación hacia la acción solidaria y la inclusión social, y he pasado por varias fundaciones y empresas, trabajando con inmigración e infancia sobre todo.
Este verano, volvía a Madrid después de una temporada fuera y ataqué los portales de empleo para recomenzar. Cuando me llamaron del Área de Donación de CRE no dejó de sorprenderme, me pilló desprevenida: ¡no tengo formación sanitaria! Sin embargo, conocía Cruz Roja y además soy donante (fui de esas que, en vez de aprender a conducir, para celebrar los 18 me estrené en el autobús de Sol). Así que aterricé en el departamento de Promoción y Comunicación hace unos meses y me metí de lleno en un mundo no tan conocido como parece y lleno de sorpresas.
Toda la vida pensando que había un “camión” de donación (“Unidad Móvil”, “Autobanco” o, como mucho, “autobús” si queremos ser correctos) en Sol, que a veces se desplazaba y te lo encontrabas en tu barrio, en la universidad o en cualquier rincón de España; y no, cuando llegué supe que son 12 + 1 (curiosidad: las UM están numeradas y no existe la 13ª) los autobuses que están en funcionamiento, más unas cuantas furgonetas, y que son hasta 18 los puntos a los que se va cada día, mañana y tarde, de una esquina a otra de la Comunidad de Madrid. Organizar esto tiene lo suyo.
Y, claro, multiplicad los equipos: en cada autobanco van como mínimo un médico/a, un/a enfermero/a y un/a conductor/a. Aunque lo habitual es que el equipo venga al completo: personal administrativo, un/a médico, dos enfermeros/as y un/a conductor/a. Vaya, que te puedes encontrar fácilmente 5 o 6 personas para atenderte. Imaginaos aprender los nombres de cada uno de los compañeros…
Al hilo de esto, otra cosa de la que estaba segura era de que en los autobuses iban solo voluntarios. Una vez aquí, he comprendido que los voluntarios son un pilar importantísimo en Cruz Roja, que ayudan mucho a pie de autobús, pero que, además, en donación de sangre trabajan un gran número de profesionales que cada día dan lo mejor de sí para que ruede esta maquinaria.
Los mitos, lo que desconocemos (aún muchos pensábamos que había que donar en ayunas: pero aquí no hace falta medir el colesterol o el azúcar así que mejor venir con el estómago lleno) y lo que a veces nos impide donar (como compartir cepillo de dientes, que hay gente que piensa que es romántico) no desalientan a los donantes que suben a las Unidades Móviles. En cualquier caso, me sorprende cada día todas las personas que hacen un alto en su camino para compartir un poco de su salud.
¿Qué es lo mejor de mi trabajo? Para mí, los nuevos donantes. Me encanta ir a un centro docente, tener la oportunidad de dar breves charlas a chicos y chicas de 18 años recién cumplidos, contarles lo importante que es y cómo funciona la donación de sangre y, tras sus preguntas, típicas o rebuscadas, ver cómo se levantan y se dirigen al punto de donación. El poder ofrecer a los más jóvenes dar el paso (la primera donación), que para algunos es pequeño y para otros, enorme, en compañía de sus amigos y compañeros, es inspirador.
También me alegran especialmente los futuros donantes, los niños que pasan delante del autobús y se quedan mirando hacia las ventanas, viendo a gente con bata trastear en un vehículo con superhéroes pintados. “¿Qué está pasando? ¿Cómo puedo ser un héroe también?”. Poder explicárselo o, mejor, que se asome al interior y lo vea, o que sean sus propios padres quienes le cuenten y le sirvan de ejemplo. No olvidaré cuando una peque me dijo “de mayor quiero ser trabajadora de este autobús para curar a la gente”.
En este poco tiempo, me he dado cuenta de que aún queda mucho por concienciar, muchas personas que todavía no se han decidido a hacer su donación. Precisamente, mi labor consiste en conseguir que cada vez haya más personas que donen sangre con regularidad.
A veces, cuando volvemos a una empresa donde hacemos campaña seis meses después de la anterior visita, nos dicen: “¿ya estáis aquí otra vez?”, y respondemos que sí, que seguiremos yendo y viniendo por toda la Comunidad de Madrid cada cierto tiempo para facilitar la donación, para que todo el que quiera (y su salud se lo permita) pueda fácilmente ser un héroe, y que los nuevos, como yo, empecemos a salvar vidas.”