Dentro de las diferentes campañas que llevamos a cabo con asiduidad, nos gustaría destacar la excelente colaboración que obtenemos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ya que tienen una involucración especial, tanto a la hora de velar por nuestra vida, como de dárnosla.
Si vives en la Comunidad de Madrid seguramente has visto alguna vez uno de los autobuses de donación de sangre que diariamente recorren las calles, empresas y centros docentes acercando a los ciudadanos la posibilidad de donar sangre en su barrio, su puesto de trabajo o su centro de estudios.
Dentro de las diferentes campañas que llevamos a cabo con asiduidad, nos gustaría destacar la excelente colaboración que obtenemos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ya que tienen una involucración especial, tanto a la hora de velar por nuestra vida, como de dárnosla.
De forma habitual, solemos hacer campaña de donación de sangre en comisarías de Policía Nacional, Comandancias de Guardia Civil, dependencias de Policía Municipal y Centros Formativos, como es el caso del reciente centro formativo IFISE, en el que tuvimos una gran acogida, o el centro de formación de guardias jóvenes de Valdemoro.
Éstas son campañas muy especiales, de gran involucración por parte de todos, y resultados excepcionales.
Os contamos la historia de uno de nuestros donantes perteneciente a las FFCCSE. Se llama Samuel, es Policía Nacional y su primera donación fue en un hospital, mientras operaban a su madre.
”La primera vez que doné sangre, la verdad, es que tenía bastante reparo por hacerlo, pero me sentí en la obligación moral porque estaban operando a mi madre. Donar sangre es algo fundamental, ya que nadie se da cuenta de que gracias a ello salvas la vida de muchas personas. Por desgracia, hay veces que hasta que no nos toca a nosotros, o lo necesita algún familiar, no despertamos.”
“La primera donación es la más difícil, pero en cuanto la haces ves que es igual que una analítica, solo que dura un poco más. Además si sigues las recomendaciones de no hacer deporte ese día y beber mucha agua, no notas absolutamente nada”.
Tras esa primera vez, continuó donando en su comisaría, por la comodidad que le supone y por lo fácil que es para todos. Además, se ha convertido en un hábito que comparte con sus compañeros, ya que acostumbra a bajar a donar en compañía de su grupo de trabajo.
“El que traigan un autobús a la Comisaría me facilita muchísimo el donar. Salvo que no pueda por algún problema de salud, dono las dos veces al año que vienen a mi trabajo, y luego dono en mi barrio dos veces más. No falto a ninguna cita, hago las cuatro donaciones al año que podemos hacer los varones, ya que soy donante universal, no me cuesta nada y es un pequeño gesto que salva muchas vidas.Mi trabajo es de gran vocación a la ciudadanía, y no podría dejar de hacer un acto tan significativo como es dar vida a alguien.”
Desde aquí, muchas gracias a Samuel y a todas las personas que, como él, además de velar por nuestra seguridad, nos dan la vida.